2.4. Combatir la "Violencia de Género"
En el mes de marzo (2003), tuvo lugar en Antigua, Guatemala, un taller titulado "¡Basta! América Latina Dice No a la Violencia Basada en Género", el cual fue organizado por la Federación Internacional de Planificación de la Familia,Región del Hemisferio Occidental (IPPF/RHO). Participaron las filiales de la IPPF en Venezuela, República Dominicana, Bolivia y México, así como IPAS (International Projects Assistance, la cual exporta equipo para practicar abortos), y CLADEM (Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer). Esta última, que tiene su Coordinación Regional en la Argentina, una Oficina Regional en el Perú y "CLADEMS Nacionales" en otros 14 países de América Latina; es la organización de feministas antivida que está más activa actualmente (1). Durante este evento fue emitida la "Declaración de Antigua", para "prevenir y dar una respuesta adecuada a las mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia basada en género" (2). Dicha Declaración, en la cual se le pide a la ONU "que celebre una Conferencia Internacional Sobre la Violencia Basada en Género en el año 2008", fue presentada públicamente el 28 de mayo (2003), "Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer" (3).
Pero ¿qué es lo que realmente esperan lograr la IPPF y sus aliadas las feministas proabortistas a través de esta campaña? Veamos cómo definen la "violencia de género" o "basada en género".
La IPPF alega que el Fondo de Población de la ONU la define como "la violencia que involucra a hombres y mujeres, en la cual la mujer es usualmente la víctima, y que se deriva de una desigualdad de poder entre el hombre y la mujer" (4). Añade que "la violación de los derechos sexuales y reproductivos (= aborto quirúrgico y anticonceptivos, incluyendo los que son abortivos) de la mujer es un tipo de violencia contra ella, reconocida en la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1994".
En mi artículo "La violencia doméstica: Nueva estrategia para promover la cultura de la muerte", cité la definición de las feministas proabortistas: "la maternidad forzada" y la "negativa de proveer servicios de salud sexual y reproductiva a adolescentes, mujeres solteras o lesbianas", son "actos de violencia y discriminación contra mujeres y niñas" que violan "los derechos sexuales y reproductivos", los cuales según ellas, son "derechos humanos" de las mujeres (6). Alegan que "los derechos sexuales y reproductivos se encuentran protegidos por la legislación internacional referente a los derechos humanos y otros documentos de las Naciones Unidas", y que entre estos derechos se encuentran la "expresión y libre ejercicio de la orientación sexual" y el derecho "a recibir protección ante la amenaza o la violación de los derechos fundamentales, sexuales y reproductivos".
Actualmente CLADEM está impulsando la aprobación de una Convención Interamericana de Derechos Sexuales y Reproductivos, para garantizar estos "derechos sin ningún tipo de restricción ni discriminación".
Poderosas organizaciones antivida de EE.UU. se han unido a las feministas proabortistas. La IPPF y sus filiales en Latinoamérica, la International Women's Health Coalition (Coalición Internacional para la Salud de la Mujer), Catholics for a Free Choice (Católicas por el Derecho a Decidir de EE.UU.), Family Care International, Center for Reproductive Law and Policy (Centro para la Ley y la Política Reproductiva) ,etc. han establecido la Coalición Internacional sobre Derechos Sexuales y Reproductivos.
Las feministas antivida de un número de países reunidas los días 3 y 4 de diciembre de 2001 en Río de Janeiro, Brasil, emitieron la "Carta de Guanabara", en el cual afirmaron que "el derecho al aborto es parte de los derechos humanos, penalizarlo constituye discriminación y violencia contra las mujeres" (10). Este mismo documento afirmó el compromiso de lograr derechos para las "diversas orientaciones sexuales" (= homosexualismo y lesbianismo) para que "puedan controlar y decidir sobre sus cuerpos, con el respaldo de un Estado laico." La carta concluye con un llamado a "sumarse a la lucha por la despenalización del aborto y por el libre ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos". Esto fue precisamente lo que hizo el escritor peruano Mario Vargas Llosa, al declararse a favor de la despenalización del aborto en el Perú, "por constituir un claro signo de violencia y discriminación contra las mujeres" (11).
Desde por lo menos el 1994, CLADEM está promoviendo una revisión de la Declaración Universal de Derechos Humanos, "desde una perspectiva de género" (12). En 1981, durante el Primer Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe, reunido en Bogotá, más de 140 organizaciones de feministas proabortistas de once países resolvieron "que todos los 25 de noviembre fueran dedicados a las mujeres víctimas de la violencia que se da contra ellas por el hecho de ser mujeres" (13). Lograron el 3 de noviembre de 1999, que la ONU estableciera esa fecha como el "Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres".
Es obvio que las organizaciones que promueven la "cultura" de la muerte han estado planeando y preparando juntas desde hace años, las estrategias que están utilizando actualmente. Comenzaron por introducir en congresos de la ONU los términos "salud reproductiva", "derechos sexuales y reproductivos", "embarazo forzado", "perspectiva de género" y "violencia de género". Todos ellos los utilizan ahora engañosamente, para lograr obtener de los diferentes gobiernos, la aprobación de sus objetivos antivida.
Las feministas proabortistas y sus organizaciones aliadas de la "cultura" de la muerte, promueven los dañinos anticonceptivos y la violencia del aborto, mientras afirman que están promoviendo la salud de las mujeres y protegiéndolas de la violencia. Lo que es necesario promover para beneficiar a las mujeres, es la planificación natural de la familia y los programas de ayuda a la mujer que está siendo abusada. Vida Humana Internacional tiene en su portal en Internet una extensa información sobre la planificación natural de la familia y sobre cómo ayudar a la mujer víctima de la violencia doméstica o intrafamiliar. Instamos a todas las personas de buena voluntad, a que inicien estos esfuerzos que verdaderamente benefician a la mujer.