1.10. ¿Derechos humanos vs derechos de los animales?
Hace algún tiempo, Peter Singer, profesor de bioética de la Universidad Monach en Australia, fue nombrado a una cátedra de esa materia en la Universidad de Princeton en Estados Unidos. Dicho nombramiento causó una controversia, debido a ciertas declaraciones públicas de Singer, que es el fundador del movimiento de los derechos de los animales (1).
Hace 25 años Singer escribió el manual de este movimiento titulado Animal Liberation ("La liberación de los animales"). Debido a esto, ciertos defensores de los derechos de los animales ahora se oponen a todos los experimentos con éstos en los laboratorios, aunque dichas investigaciones estén destinadas a salvar vidas humanas (1).
Algunos de los seguidores de la ideología de Singer se han vuelto violentos (2). En l989, activistas de la organización "Frente de liberación de los animales" (ALF, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, les prendieron fuego a dos edificios en la Universidad de Tucson en Arizona, causando $200,000 en pérdidas (2). Las ratas que inadvertidamente "liberaron", estaban infectadas con un virus que puede causar la muerte a personas que han contraído el SIDA o a niños desnutridos (2).
Miembros de esta misma organización, que el FBI ha clasificado de terrorista, también destruyeron equipos de laboratorio valorados en $70,000 y se robaron 5 gatos de la Universidad Texas Tech, deteniendo de este modo el progreso de ciertas investigaciones. Sólo Dios sabe cuántos niños morirán como resultado de este acto de violencia, ya que se trataba de investigaciones sobre el "Sudden Infant Death Syndrome" (Síndrome de muerte infantil súbita), debido al cual mueren anualmente en Estados Unidos más de 5,000 bebés (2).
Años después de haber escrito la "biblia" del movimiento pro derechos de los animales, Singer escribió otro libro aún más controversial titulado Practical Ethics ("Ética práctica"). En él afirmó que "características como el raciocinio, la autonomía y la autoconciencia, son las que definen a un ser humano" (1). Como según Singer se supone que los niños "defectuosos" no tienen esas características, no pueden entonces ser considerados "normales" y por lo tanto no deben tener el derecho a la vida (1).
Singer pasó de defender el derecho al aborto, a tratar de justificar la práctica del infanticidio al afirmar: "No puedo comprender cómo uno puede defender el argumento de que los fetos se pueden reemplazar antes de que lleguen a nacer, pero los niños no se pueden reemplazar después que nacen" (1). Singer afirma que los padres de la criatura nacida con graves defectos, luego de consultar a su médico, deben decidir si darle tratamiento o dejarla morir. Añade que en su opinión, "al tomar la decisión de no prolongar la vida, en lugar de permitir que el infante muera lentamente de la enfermedad o a consecuencias de que se le retire el agua y los alimentos, debía permitirse que se le diera muerte de una forma rápida y humanitaria" ( 1). Singer es uno de los "expertos" en bioética en Estados Unidos que opinan que los niños ya nacidos no deben ser considerados "viables" hasta pasado un mes de su nacimiento para que los padres puedan tener la oportunidad de decidir si dejarlos vivir o no.
George Annas, prestigioso profesor de leyes de la salud de la Universidad de Boston, ha defendido a Singer de las críticas que surgieron debido a estas declaraciones, y otros profesores universitarios han salido también en defensa de Singer pues creen que debe debatirse este tema.
El hecho de que el infanticidio sea actualmente un tema de debate en prestigiosas universidades norteamericanas, muestra hasta qué punto la "cultura" de la muerte se ha infiltrado en las más altas esferas académicas de países llamados "desarrollados" como Estados Unidos. Era de esperarse, pues el falso "derecho" a matar seres humanos antes de su nacimiento (enfermos o sanos), quedó establecido en Estados Unidos mediante la legalización del aborto provocado en l973. Es indudable que una sociedad que legaliza la práctica del aborto provocado y permite que los niños no nacidos puedan ser destruídos como si fueran molestos mosquitos, tarde o temprano traspasa el umbral que lleva del aborto al infanticidio. Las sabias palabras del ya fallecido Dr. Albert Schweitzer han resultado proféticas en todos los países donde se ha legalizado el aborto provocado: "Cuando se le pierde el respeto a la vida en cualquiera de sus etapas, también se le pierde el respeto a la vida en su totalidad."
En este contexto es importante observar que la ley en Estados Unidos permite el aborto hasta el momento mismo del nacimiento. Inclusive, el entonces Presidente Clinton le dio el veto por tercera vez a un proyecto de ley, aprobado por el Congreso de Estados Unidos, que prohibía el horrible procedimiento del aborto de nacimiento parcial. Este método de aborto, cuya práctica continúa a causa del veto del Presidente Clinton, se realiza extrayendo al niño del útero, pero dejando la cabeza dentro, para después perforarle la base del cráneo y extraerle el cerebro. El niño no recibe anestesia y muere una muerte extremadamente dolorosa. El movimiento provida, aunque logró que el Congreso aprobara por mayoría de votos el proyecto de ley que prohibía este infame método de aborto, no pudo, lamentablemente, obtener la mayoría necesaria para impedir que el Presidente Clinton vetara dicho proyecto de ley. En Estados Unidos es ilegal matar animales del modo como se mata a estos infelices niños ya próximos a nacer.
Lamentablemente, en Estados Unidos muchas veces los animales tienen más protección que los niños (sobre todo los que no han nacido). ¿Recuerda el lector el caso de la pareja de jóvenes amantes que mataron a su recién nacido en un motel de New Jersey y lo tiraron a la basura? Recibieron una sentencia de cárcel de alrededor de dos años. Sin embargo, Barry Herbeck, de Madison, Wisconsin, recibió una sentencia de 12 años de prisión por torturar y matar a cinco gatos (4). En el Estado de Nueva Jersey, un hombre casi llegó a ser enjuiciado por darle muerte a una rata que le comía su plantación de tomates (5). Lee Bernstein, director en Nueva York de la Humane Society (Sociedad humanitaria para la protección de los animales), insistía en que debía ser castigado "pues cometió una infracción contra una ley que prohíbe la crueldad contra los animales". A Bernstein le preocupaba lo que sufrió la rata que fue "mutilada", un "animal atrapado sin escapatoria", que sufrió "una muerte horrible" (5). El veterinario Michael W. Fox, vicepresidente de la sección de bioética de la Humane Society a nivel nacional, alega que se le debe "dar igual consideración a los derechos y los intereses de las personas, los animales y la naturaleza".
Qué terrible tragedia es el hecho de que la organización que representan los señores Fox y Bernstein (la Humane Society de Estados Unidos) haya tomado la postura a favor de mutilar y matar, de las formas más dolorosas y horribles, a los niños que se encuentran en útero materno. Lamentablemente, casi todas las organizaciones defensoras del medio ambiente y de los derechos de los animales, también han tomado una postura similar.
No podemos permanecer indiferentes mientras la vida humana, creada a imagen y semejanza de Dios, continúa siendo atacada. Cada uno de nosotros debe tomar la iniciativa en mayor o menor escala, de ayudar a construir la cultura de la vida, como nos mandó hacer S.S. Juan Pablo II. Y el primer paso, así como el más importante, pero no el único, es la oración.